Bonito hotel, situado cerca de Pradollano, al lado de una gasolinera. En invierno tiene pinta de estar bien aislado del frío y acogedor. La piscina es linda pero se queda pequeña si hay mucha ocupación. El problema es cuando hay muchas familias españolas con niños pequeños entonces el ruido, el jaleo, los gritos y voces, están asegurados en el comedor, hay que entrar lo antes posible, para comer aquello que los niños, tan graciosos, tocan con sus manitas, y hay que hacer equilibrios para no tropezar con ellos.
Estancia no hotel: Agosto 2018