Hotel espartano donde los haya. Paredes hechas con papel de liar tabaco. El ruido de las tuberías es espectacular. Colchón que pide una merecida jubilación. Un peligroso aplique para iluminar cuadros hace las veces de lámpara de noche pero está justo a la altura del cogote y pega calambrazos. Desayuno de sabor minimal. No volveré.
Estancia no hotel: Dezembro 2014