Nos dieron una habitación en la tercera planta con vistas al agua. Por la noche se oye todo el rato correr el agua porque el río va muy lleno y desagüa debajo del molino. En frente hay un humedal y se pueden observar pájaros. La habitación estaba impecable de aspecto: paredes blancas, limpio y cuidado. El desayuno estuvo correcto y por el precio es de lo mejor que he visto. El hotel está es un antiguo molino a las afueras. Se puede ir y venir andando 1 Km a la ciudad, aunque nosotros nos desplazamos en coche. Lo recomiendo por la relación calidad-precio.
Estancia no hotel: Janeiro 2010